"Que una obra literaria quede en la historia de la literatura de un país, ya sea como obra fundacional o como curiosidad marginal, significa que queda disponible para las recuperaciones. El gusto literario es un efecto de la recuperación, y no al revés. No es que un gusto se forme primero y después se busque en el pasado una obra que se adapte a él, sino que es la obra la que inspira una nueva inflexión del gusto. Postular la preexistencia del gusto equivale a suponer que hay un gusto eterno, clásico, que sirve como referencia permanente. Para contrarrestar esta museificación paralizante están las novelas malas que reclaman a gritos una recuperación radical, un giro, ¡o mejor una voltereta de lo literario mismo y de la verdad social que transporta el inconsciente de la novela."
César Aira, en el Primer Encuentro de Literaturas Americanas
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