Sino
me equivoco, fue un sábado a la siesta, hace unos meses. Estába
trabajando en la librería con Andy cuando por la puerta pasan Jorge
Laforgue y Elvio Gandolfo. Entran, nos saludamos. Como Andy y Elvio
ya se conocían, no hacía falta presentación. Jorge, en gesto
amable, me presenta a Elvio, “ya lo conozco, pero él no a mi, es
un gusto” y los saludo. Inmediatamente, para transir los primeros
segundos incómdos le pregunto por el libro que tiene en la mano. Me
había dado cuenta que era un libro de Ediciones en Danza pero nada
más. Elvio nos lo muetra, un libro con cartas de Francisco, su
padre. “Ah, es novedad de diciembre”, digo como para continuar la
conversación y ver si me chusmean algo del libro. Nada de eso pasa.
Pregunta por libros de un autor y pasabn a otra cosa. El libro del
autor en cuestión no lo tenemos. Nos deseamos buen final y mejor
comienzo de año, intercambiamos saludos y se van.
Me
quedé con la duda sobre ese libro. Diciembre a eso del 10 llegan las
novedades de En Danza. Ahí estaba el libro que días atrás había
traido bajo el brazo Gandolfo junto con otros más. De inmediato me
separé un ejemplar para chusmear, conociendo lo que significaba
Francisco Gandolfo: Lagrimal Triurca, amistad con Levrero,
poesía en el litoral entre mediados de los 60 y los 80's por lo
menos. Osvaldo Aguirre se ocupa de la edición e introducción,
notas, etc.... Hay unas palabras y un bello poema de Elvio, al inicio
del libro.
Las
cartas estan ordenadas por orden cronológico, me zambullí a buscar
nombres que me signifiquen algo. Fue entreternido perderse un rato en
detalles, infidencias, chismes, anécdotas. Me deleité y reí
terriblemente con las cartas entre Gandolfo padre y Levrero. También
me quedé admirando cómo se escribe con infinito cosas cotidianas y
no tanto, sus cartas con Elvio y Sergio Kern son entrañables. Leí
misivas que me interesaron más y otras menos. Todas, estoy seguro,
atesoran algo a ser descubiernto aunque yo aún no sé bien qué.
Del
libro, hoy quiero comentar algunas palabras sobre las gestiones que
emprendió Gandolfo en torno a una plaqueta que sacó El lagrimal...
Cuando
Elvio se va a vivir a Montevideo la revista deja de salir
regularmente. El proyecto, interrumpido, vira a la publicación de
plaquetas. En el Nro 2 lo invitan a Juan L. Ortiz a participar. Los
fragmentos de cartas que cito recopilan esa historia, como comienza y
los avatares hasta hacerse del manuscrito a publicar: un poema
exquisito de Ritsos, poeta griego que Juanele traduce apoyándose en
una versión francesa reproducida en Les Temps Modernes. Hoy
esa plaqueta se encuentra en MercadoLibre a noventa pesos. Hasta que
no leí estas cartas mi ignorancia sobre esa traducción fue
absoluta. En estos días, mientras copiaba estas cartas para
publicarlas en el blog, buscando encontré la versión, después la
subo.
Ahora
abajo copio los fragmentos de cartas donde F.G. escribe sobre su
odisea para hacerse del texto de Ritsos traducido por Juan L. Ortiz.
Aprovecha para bocetar una semblanza y contar algunas anécdotas y,
sobre todo, nos permite conjeturar qué implica hacer una revista
literaria desde el interior, lo cual no implica bajo ningún punto de
vista hacer una revista literaria para la comarca.
Los
dejo con Francisco Gandolfo.
F.B.
enero 2012
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"En cuanto a nuestra revista, su último número fue el ocho, aparecido en noviembre del 70. No fue posible seguir su publicación a raíz de la ausencia de Elvio y yo vivo muy absorbido por la atención de negocio y familia. No obstante, estoy a punto de publicar la primera plaqueta de poesía con el sello de la revista y poetas de Rosario. La segunda estaría dedicada a inéditos o poemas traducidos de Juan L. Ortíz, de quien la editorial Biblioteca Constancio C. Vigil acaba de publicar en tres volúmenes su obra completa. Asistí al acto de presentación con la presencia del poeta y aproveché para anticiparle lo de la plaqueta. Fue una reunión cálida, ya por la sola presencia de Juan L. que es hasta físicamente poesía que anda. Se pasó un breve film sobre él, muy bien realizado por estudiantes de cinematografía de Santa Fe encargado por la Vigil y don Juan leyó poemas suyos con expresivo ritmo y bien timbre de voz pese a su edad avanzada.”
Francisco Gandolfo a Raúl Gustavo Aguirre
Rosario,
1 de agosto de 1971
Correspondencia
p 64
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"Nuestro colaborador Wolpin, que le visitó recientemente, trajo la grata noticia de que usted nos prepararía como material de la plaqueta numerada dos la traducción de un poeta griego. Mi hijo Elvio, que está viviendo en Montevideo y hace poco nos visitó, me dijo que si mal no recuerda usted estaba traduciendo también poetas indochinos y él opinaba que éstos interesarían más, teniendo en cuenta quizá la especial situación revolucionaria que enfrentan."
Francisco
Gandolfo a Juan L. Ortiz
12
Septiembre 1971
Correspondencia
p. 68-69
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"Al final tuve que viajar a Paraná porque Juan L. no daba señales de vida pese a escribirle dos veces. Salí un domingo en ómnibus a las 5 de la mañana . Encontré al viejito sentado en un rincón del porch de su casita frente al río, leyendo un libro grande en la mañana fresca, con un gato negro en su falda, cubierto de tabaco rubio caído sobre el suelo, de un cigarrito que se ve que armó. Después quiso recoger ese tabaco y como yo me decidía a juntárselo, él fue adentro y trajo un papelito angosto y largo para ponerlo, mientras me decía que no quería desperdiciarlo porque cuando se le termina le da pereza ir a comprar más. Lo escuché durante más de una hora hacer poesía con todo lo que hablaba: la enfermedad y la muerte del poeta Martínez Howard, que estuvo internado en Paraná (era entrerriano) y lo visitaba; boquillas y pipas; costumbres chinas; contaminación del aire y las aguas y empobrecimiento de la tierra. Habló de aromaterapia; yo recordé que Ramón y Cajal curó su tuberculosis en un bosque de pinos. Me elogió la cocina de los chinos que no cuecen ni hierven del todo los alimentos para que no pierdan sus naturales propiedades alimenticias y recordó como un manjar exquisito la flor de loto.
La verdad que a este viejito amoroso uno se lo puede imaginar alimentadoa flores como el unicornio. Admira también la sobriedad de los chinos que nunca se hartan. Toman el té constantemente pero en tazas pequeñas y fuman en pipas como dedal. En cambio me mostró una rusa como una taza y me dijo: "Usted se fuma una de éstas y no puede fumar otra en toda la mañana". Diferencias de pueblo: uno sensual y otro ritual, también en el plano político son distintos, aunque ambos sean marxos [sic].Bien. El viejo no tenía copia de la traducción que hizo del poeta griego [Yannis] Ritsos, extraída del francés, publicado en la revista Tiempos Modernos que dirige Sartre. La tenía Gola en Santa Fe. Éste me atendió amablemente en su casa, donde charlamos una hora. Me prometió buscarla y entregármela si la encontraba, al día siguiente aquí, donde viajaría. (...) Al día siguiente Gola no me falló, pero me encontré con 8 carillas formato oficio plagadas de tachaduras y correcciones sobre un papel manteca transparente, amarillento como pergamino antiguo, escritas con una tinta borrosa como de duplicado, con una máquina de escribir que trajo de China, con caracteres correspondientes al cuerpo seis de tipografía. Con decirte que lo primero que hice fue conseguirme una lupa que me prestó Huevo Cardozo. Aparte de eso, la extensión del poema abarca el espacio de dos plaquetas compuesto en cuerpo seis u ocho chico. "
Francisco
Gandolfo a Elvio Gandolfo y Sergio Kern
4
de diciembre de 1971
Correspondencia
p 70-71
[todos
los fragmentos son de Francisco Gandolfo, Correspondencia, Ed.
En Danza, Bs.As., 2011]
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